Leona Vicario

Don Gaspar y Doña Camila alentaron la educación de su hija Leona en el arte, la cultura, la música y la literatura, también dedicó tiempo a las ciencias y a la historia. En esa época a lo que más podía aspirar una mujer de buena posición social era a casarse con un buen partido que garantizara su posición social. En el año 1808 hasta la capital novohispana llegaron las noticias de la invasión napoleónica a España. También llegó Andrés Quintana Roo, dispuesto a estudiar leyes, conoció a Leona, tenían intereses en común, todo parecía a una historia de amor, pero la independencia ya había comenzado. Leona abrazó la causa insurgente por voluntad propia, por decisión y porque era una mujer joven con una amplia visión de la política, a partir de 1812 se convirtió en una verdadera insurgente. Sus cartas con Don Andrés eran cartas sobre política, sobre la patria, sobre la lucha de independencia. También apoyó económicamente la causa. Fue apresada en marzo de 1813, unos militares de las fuerzas realistas la rescataron, llevándola a Oaxaca donde recibió la protección de Morelos. Se casó con Andrés y vivieron huyendo, hasta que, en 1823 con la caída del Emperador Iturbide, el Congreso le restituyó sus bienes y propiedades. Leona Vicario falleció el 21 de agosto de 1842 en la Ciudad de México.