Leer con conciencia de género : una postura crítica

Según Borges, leer es interpretar; el libro Las mil y una noches, según él, se titula así, porque en español decir “mil” es equivalente a decir una infinidad. Fatema Mernissi una de las exponentes más notables del feminismo islámico y una autoridad mundial en estudios sobre el Corán, también tenía una explicación del mismo libro: cada una de aquellas muchísimas noches, Shahrazad, la joven desposada tuvo que contar una historia emocionante y cautivadora para conseguir que su esposo el rey, olvidara su terrible plan de ejecutarla al amanecer. La primera vez que la autora escuchó la historia, solo atinó a pensar que como cualquier otro cuento maravilloso ella había alcanzado un desenlace adecuado y jamás se detuvo a considerar que la protagonista del cuento, dio a luz a los hijos de un feminicida que pretendía tomar la vida de su hermana menor, algo abominable; o que los crímenes del sultán no fueron juzgados ni tuvieron consecuencia. Cree que hay pocas historias, si no es que ninguna otra en la que un asesino es tratado con tal nivel de indulgencia y amabilidad tanto por los personajes que lo rodean como por el público que conoce su historia. Una lectura crítica implica no sólo asimilar lo que dice un texto, sino que más allá del acto de recepción, se duda y se evalúa lo enunciado para conformar ideas propias. Las teóricas feministas sostienen que el feminismo es hacer teoría del discurso, pues la toma de conciencia que opera cuando se reflexiona teniendo en cuenta la perspectiva de género es equivalente a una toma de conciencia de carácter discursivo que cuestiona la narración histórica-política de lo que llamamos realidad.