La cultura de la opresión femenina

Uno hubiera podido creer que bajo el asalto de las imágenes publicitarias, de los signos triunfantes de la moda y del consumismo que invaden el mercado para la mujer, al género seudoamoroso no le había quedado otra alternativa que la de desaparecer del mapa sin pedir más explicaciones. ¿Acaso ya no estaba de moda? Uno hubiera podido creer que la legitimidad del melodrama y de lo fotonovelesco había sido barrida por la moderna legalidad de la "mujer liberada". De tanto cortejar a este nuevo tipo de identidad femenina, la publicidad casi había convencido a todas las mujeres de que este ideal ya era realidad. Nada de ello ha ocurrido, ni en las metrópolis ni en las naciones de la periferia. A juzgar por las cifras de venta de los distintos componentes de la prensa femenina