Democracia TTTrans

Todas las identidades de género son válidas, concuerden o no con el sexo asignado al nacer, y están protegidas por el artículo 1º constitucional y tratados internacionales. La aplicación de la categoría Homo Sacer representa en sí una de las primeras manifestaciones de lo que siglos después definiría Michael Foucault como biopoder que puede comprenderse como la aplicación de la política para intervenir en la vida de un ser. Las batallas realizadas para tener acceso y reconocimiento de la identidad de género de las poblaciones Travesti, Transgénero y Transexual en nuestro país, alcanzaron sus primeros logros en 2008 en la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal. En 2012, las poblaciones TTTrans de la Ciudad de México, junto con el Consejo para Prevenir la Discriminación de la Ciudad de México, lanzaron una estrategia que permitió ejercer su derecho a votar, respetando su expresión de género y que sería el antecesor directo del Protocolo Trans implementado en 2018 por el Instituto Nacional Electoral en todo el país para las elecciones presidenciales. El documento contiene los siguientes temas: reformas a las leyes, casos de transexualidad quirúrgica, discriminación, expulsión del sistema educativo, desempleo, falta de acceso a la salud, activismo, transfeminicidios y crímenes de odio. Finalmente, el proceso de ciudadanización de éstas poblaciones, ya sea desde sus autonomías, vinculadas con el movimiento feminista interseccional, o en inercia con las colectivas lésbico gay, representan la más dura prueba que la democracia puede enfrentar.