Por una salud sexual : mujeres previniendo

Manual para facilitadoras/es dirigido a promotoras/es del Programa de Mastografías del Instituto de las Mujeres del D. F.

El facilitador/a no es la persona que enseña, sino la que conduce el proceso para que todos aprendan, tanto participantes como los mismos facilitadores. Para ello, quien facilita, debe ayudar a crear un entorno favorable para que las personas exploren sus experiencias, identifiquen sus fortalezas y debilidades, compartan sus conocimientos, ideas y preocupaciones. Existen principalmente tres canales de comunicación: lenguaje corporal, el tono de voz y las palabras que se pronuncian. Cuando estos tres aspectos se refuerzan mutuamente, la comunicación es congruente. Las personas somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos, por lo que las manifestaciones de nuestra sexualidad son cotidianas. Crecemos en familias que educan con sus propias costumbres y valores, los cuales pueden cambiar de una familia a otra, de una comunidad a otra y también a lo largo del tiempo, por lo que cada persona tendrá vivencias e ideas diferentes sobre la sexualidad. Estas creencias dependerán de su cultura y del momento histórico que esté viviendo, varios autores señalan que la sexualidad es una construcción social histórica y política. El autonocimiento posibilita que las personas aprendan a cuidarse, asistiendo a los servicios médicos con mayor frecuencia e incorporando prácticas de higiene diaria que le permitan estar sano físicamente.