La rosa negra

La poesía contenida en este volumen puede muy bien contenerse en una frase: letanía erótica. La letanía, sí, que se refiere tanto a un éxtasis místico-religioso, en el que adoramos a Eros, como a una anhelante repetición llena de deseo y pasión. A través de imágenes la autora nos invita a entrar a un bosque lleno de símbolos y metáforas sugerentes, un bosque cerrado y prohibido cuyos enigmas solamente pueden descifrarse cuando abrimos nuestros sentidos y nos dejamos envolver por la llama que no se consume, sino que sigue allí para abrazarnos eternamente.