De poca madre: palabra de, sobre y para las madres

Este texto es una reflexión seria sobre las palabras y las madres desde un enfoque emocional, reflexivo y humorístico; su redacción es amena y ligera. Las palabras son importantes, tienen poder, influyen en tu ánimo y tu energía. Con frecuencia olvidamos el poder que tenemos al hablar o escribir, la influencia que existe al escuchar o leer. Las palabras crean, sanan, destruyen. Desde el poder de la oración, conocido hace siglos, hasta el subpoder del rumor, tan habitual en nuestros días. ¿Quién no recuerda alguna palabra o frase que marcó en su infancia? ¿Quién puede olvidar algunas consignas de movimientos juveniles del 68 o de los más recientes que le tocó el corazón? La expresión estaba envuelta en pensamiento y emoción, pero se trató de un acto lingüístico. Otra cosa que se debe tener en cuenta es que la elección del léxico es contextual: las y los hablantes muestran sus identidades sociales, sus relaciones, la adaptación a la audiencia, los estados de ánimo, las emociones y valores, opiniones, actitudes, objetivos y las clases de situaciones informales, formales o institucionales en las que están hablando o escribiendo mediante las palabras que eligen. En general hay más palabras relacionadas con la madre dedicadas a cuestiones desagradables o negativas, que agradables o positivas. En relación con el uso de la palabra “madre”, esta grosería o término malsonante del habla vulgar o coloquial, es muy llamativo, tanto por su extensión y abundancia como por su intensidad y profundidad, y también por la pluralidad semántica que despliega.